Agradecimientos

REV ARGENT COLOPROCT | 2019 | VOL. 30, N° 3

RELATO ANUAL


AGRADECIMIENTOS
Al momento de conocer mi designación como relator oficial del Congreso Argentino de Coloproctología 2019, rapidamente dos sensaciones se apoderaron de mi: en primer lugar una profunda gratitud a las autoridades de la Sociedad Argentina de Coloproctología por honrarme con tan alta distinción, y en segundo lugar la de una gran responsabilidad de poder estar a la altura de este desafío.
Un momento como este en la vida académica de un cirujano llega como consecuencia y construcción de muchos otros, y a lo largo de ese recorrido resulta indispensable detenerse a reflexionar quienes y qué circunstancias han contribuido a conformar este momento. Dicho esto, el punto de partida comienza indefectiblemente en mis padres, Graciela y Norberto, quienes lograron inculcarnos a mi hermano y a mí, el culto por la responsabilidad y el esfuerzo, la constricción al trabajo, y el respeto por el otro, valores clave en nuestra profesión y algo devaluados en nuestra sociedad actual.
El ingreso a la residencia de cirugía general del Hospital Italiano de Buenos Aires, representó un punto de inflexión en mi vida profesional. El contacto cotidiano con nombres célebres de la cirugía argentina, no hizo más que acrecentar mi gusto por la cirugía y mi admiración por ellos, dos paliativos enormes en un momento de muchísimo sacrificio, esfuerzo y privaciones. Culminada esa etapa, mi camino continuó dentro de la cirugía del tracto digestivo superior, el cual me permitió forjar cierta madurez y rigurosidad quirúrgica, las cuales sentaron las bases para lo que estaba por venir. Finalmente, y por esas cosas del destino, tuve el privilegio de completar mi formación como cirujano colorrectal ingresando en el año 2004 a la sección de coloproctología liderada en ese entonces por el Dr. Fernando Bonadeo Lassalle, e integrada por los Dres. Mario Benati, Guillermo Ojea Quintana y Carlos Vaccaro. Ellos me integraron, me ofrecieron su experiencia, compartieron su prestigio y me regalaron su amistad, permitiéndome desarrollar muchas de mis iniciativas las cuales contribuyeron a mi desarrollo profesional. Mi afecto y gratitud a todos ellos. Párrafo aparte merece nuestra secretaria Alicia Adrover, quien con su encanto, dulzura y empatía con los pacientes, hace que nuestra tarea sea más liviana y agradable.
Momentos como este también llaman a reflexionar sobre aquellos que marcaron y guiaron, y aun lo siguen haciendo, mi carrera profesional y mi vida personal. Sin duda habrá más, pero quiero destacar y agradecer a fundamentalmente a tres: ellos son los Dres. Demetrio Cavadas, Eduardo de Santibañes y Fernando Bonadeo Lassalle. Cada uno de ellos en distintos aspectos y con diferentes matices, me han sabido aconsejar, guiar y ayudar a transitar este camino dentro de la cirugía.
La confección y redacción de este relato ha requerido un gran esfuerzo debido a una profunda revisión y análisis de casi cuatro décadas de historia vinculadas al tema asignado. Esa tarea hubiera resultado imposible sin la participación y compromiso de los tres colaboradores de este relato: los Dres. Juan Pablo Campana, Ricardo Mentz y Hernán Vaccarezza, quienes relegando horas de descanso, familia y trabajo, se han desdoblado porque hoy podamos ofrecer un material provechoso para su lectura y análisis. Merece ser destacada la colaboración especial de la Dra. Valeria Vietto en el diseño, metodología y análisis de una parte clave de este relato, como asi también la de nuestra bibliotecaria Virginia Garrote y de la Dra. Fanny Rodriguez quien ha sabido diseñar y dibujar las figuras de este manuscrito. A todas ellas mi más profundo agradecimiento. También merece mi reconocimiento y agradecimiento todo el staff del servicio de cirugía general, nuestros residentes y fellows de coloproctología, por su permanente acompañamiento, ayuda y estímulo a lo largo de estos casi dos años de tarea.
Finalmente, quiero agradecerle a mi esposa, Verónica Alfie, por su permanente apoyo, amor y comprensión a lo largo de nuestro camino, y a nuestras dos hijas Julia y Clara por el cariño que nos dan todos los días que es el incentivo para seguir avanzando.
Gustavo Rossi